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Aceite de oliva: consejos prácticos

Entre los aceites de cocinar, el aceite de oliva es recomendado como uno de los más sanos. El aceite de oliva contiene grasas monoinsaturadas, que pueden reducir el nivel de colesterol “malo” (LDL) en la sangre.

Elegir un buen aceite es casi como elegir un vino. Existen muchos grados diferentes, algunos tienen más sabor y ofrecen más beneficios para la salud que otros.
Algunos factores a tener en cuenta a la hora de elegir un aceite de oliva son:
 
Tipo: virgen, extra virgen o refinado. Los aceites virgen y extra virgen contienen más antioxidantes que los refinados o más procesados. Además, los últimos estudios realizados comparando el aceite de oliva virgen, refinado y la combinación de ambos, han demostrado que el primero tiene más beneficios para el corazón.
 
Frescura: cuanto más fresco sea el aceite de oliva, más propiedades antioxidantes tendrá. Los aceites de oliva de calidad generalmente incluyen la fecha de envasado, por tanto, en el momento de realizar la compra, es un factor a tener en cuenta. Esta fecha no debería ser superior a un año.
 
Precio/sabor: el rango de precios entre el que oscila el aceite de oliva es bastante amplio. Los consumidores pueden optar por aceites de oliva virgen más baratos, aunque menos sabrosos, para cocinar, e invertir algo más en aceites de oliva virgen o extra virgen para ensaladas, salsas vinagretas, etc.
 
Almacenaje: el aceite de oliva tiene una vida en las estanterías de entre uno y dos años. Lo mejor es conservarlo en un lugar frío y fuera de la luz.